Nosotras, las hermanas del XVII Capítulo General, recibimos la gracia de terminar nuestra aventura juntas con la audiencia y la bendición del Papa Francisco, a quien sentimos desde el fondo de nuestro corazón como Pastor, padre, hermano y guía de nuestra vida de consagradas.
Con él “somos” y “nos sentimos” Iglesia en las distintas partes del mundo, en el espíritu de sinodalidad que nos une a todos en Uno.