Nosotras, Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento, unidas de Europa a

América del Sur, de África a la India, en el don del Niño Jesús nacido en la gruta de Belén,

deseamos enviarles a todos nuestros mejores deseos de una Santa Navidad y de un 2024 lleno de paz.

Este año, con ocasión del 800 aniversario del belén que san Francisco instaló por primera vez en Greccio en 1223, proponemos una oración diferente para rezar el 25 de diciembre.
Una oración que no se detiene en la invitación a alabar a Dios, sino que impulsa a todo hombre a actuar en nombre del Señor, a entregarse a Él y al cumplimiento de su voluntad.

SALMO NAVIDEÑO DE SAN FRANCISCO (FF 281. 303.)

Exultad en Dios, nuestra ayuda,
Jubilad al Señor Dios vivo y verdadero con voz de júbilo.

Porque excelso y terrible es el Señor,
Gran Rey sobre toda la tierra.

Por el santísimo Padre celestial
nuestro Rey antes de los siglos
envió desde lo alto a su Hijo amado
y nació de la bienaventurada Virgen María.

Él me ha invocado: ‘Tú eres mi padre
y lo haré mi primogénito,
el más alto de los reyes de la tierra.

En aquel día el Señor envió su misericordia
y en la noche su canto.

Este es el día que ha hecho el Señor:
Alegrémonos y regocijémonos en él.

Porque el santísimo Niño amado se nos ha dado
y nació por nosotros en el camino
y fue acostado en el pesebre
porque no tenía sitio en la posada.

Gloria al Señor Dios en las alturas,
y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Alégrense los cielos y exulte la tierra,
alégrense el mar y todo lo que contiene,
alégrense los campos y todo lo que contienen.

Cantadle un cántico nuevo;
Cantad al Señor desde toda la tierra.

Porque grande es el Señor y digno de toda alabanza,
es terrible sobre todos los dioses.

Da al Señor, tierra de los pueblos
la gloria y el honor
la gloria de su nombre.

Traed vuestros cuerpos como ofrenda
y tomad sobre vuestros hombros su santa Cruz
y seguid hasta el fin sus santísimos mandamientos.

Gloria a Dios Padre.